HECHO 2 Vivimos un dramático cambio en la carga de la enfermedad y con nuevos elementos constitutivos: la fragilidad y los síndromes geriátricos
A| Sólo cuatro de cada diez hombres y tres de cada diez mujeres mayores gozan de buena o muy buena salud.
Cuatro de cada diez hombres y tres de cada diez mujeres de 60 años o más dicen tener un estado de salud bueno/muy bueno/excelente. En 2012, 18.9% de las mujeres y 13.4% de los hombres consideraron que su estado de salud era malo. La autopercepción de la salud es un indicador útil para medir el nivel de salud de la población, dado que contiene elementos sociales y culturales que influyen en las condiciones físicas y mentales de las personas mayores.
B| La diabetes y la enfermedad isquémica del corazón son las afecciones que mayor carga de mortalidad representan.
En 2013, 63.2% de los fallecimientos fueron de personas de 60 años o más de edad. Ocho de cada diez muertes ocurridas en esta población fueron por enfermedades no transmisibles y 63% resultaron de las diez principales causas de enfermedad. Aunque el origen de las defunciones es similar entre hombres y mujeres, hasta 5.1% de las muertes femeninas aún se da por infecciones respiratorias agudas bajas y desnutrición calórico-proteica, las cuales son altamente prevenibles.
C| Más de un tercio de las personas mayores viven con, al menos, dos enfermedades crónicas.
Se sabe que 35 de cada 100 personas mayores presentan, al menos, dos condiciones
sincrónicas (hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipercolesterolemia o hipertrigliceridemia). Más de 17% reporta depresión y más de 15% deterioro cognitivo
o demencia19. En general, las mujeres acumulan más condiciones comórbidas, hay un gradiente norte-sur, con mayor prevalencia de condiciones crónicas al norte y mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad en entornos urbanos. Estas condiciones, junto con las conductas de riesgo que suelen estar asociadas –tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, bajo consumo de vegetales y granos, y pobre actividad física, entre otras–, tienden a favorecer la discapacidad, la dependencia y la mortalidad temprana de esta población.
D| Dos terceras partes de los años de vida saludables perdidos por personas de 60 años o más se relacionan con estilos de vida desfavorables.
La hipertensión arterial, el consumo excesivo de sal y grasas saturadas, el bajo consumo de granos y semillas y el elevado colesterol son los factores de riesgo individual que más contribuyen a la pérdida de años de vida saludables y que más aportan a las muertes de las personas mayores.
E| Una quinta parte de las personas que llega a los 60 años en México está en condición
de fragilidad.
La fragilidad es una condición que disminuye la capacidad de responder a factores
estresantes y aumenta la vulnerabilidad a desenlaces desfavorables tales como la muerte, la discapacidad y la dependencia. Además, incrementa el uso de servicios de salud (urgencias, residencias geriátricas, hospitalización, entre otros). La prevalencia de fragilidad oscila en 20% alrededor del mundo, mientras que las personas mayores mexicanas alcanzan una prevalencia de 21.6%.
F| En los dos últimos años, cuatro de cada diez personas mayores de 60 años han sufrido al menos una caída.
De acuerdo con la ENASEM 2012, 60.1% de los adultos (≥ 60 años) que sufrieron caídas eran mujeres y 85.5% tenían entre 60 y 79 años; sin embargo, alrededor de 50% de los adultos de 80 años o más presentaron al menos una caída en los dos últimos años. Se sabe que hasta en 30% de los casos de caídas llevan a las personas mayores a hospitalización y generan una fuerte dependencia para el desarrollo de las actividades de la vida diaria.
G| El deterioro cognitivo y la demencia afectan a más de 15% de las personas mayores.
En México, la prevalencia de demencia y deterioro cognitivo que precede a la demencia alcanza hasta 7.9% y 7.3%, respectivamente. Los valores más elevados se observan en mujeres, a mayor edad, y en aquellos con baja escolaridad y en el ámbito rural. La incidencia de demencia se estima en 30.4 casos por cada 1000 personas-año.23 Las mujeres mayores pierden 7.2 años de vida por discapacidad por esta enfermedad, en tanto los hombres pierden 5.2 años.
FUENTES:
Pérez Zepeda, 2015.
Gómez Dantés y colaboradores, 2014.
Manrique Espinoza y colaboradores, 2015.
Agudelo Botero y Murillo González, 2015.