Las condiciones bioculturales y el envejecimiento

Uno de los cambios más notables en la historia de la humanidad es el incremento en el número y proporción de personas ancianas, en relación con el resto de la población. Esta tendencia se acentuó notablemente durante la segunda mitad del siglo xx y sus efectos continúan. Dicho proceso biocultural debe ser analizado desde la perspectiva histórica de nuestra especie, en el contexto de su diversidad y evolución.

Los humanos actuales pertenecemos a la especie Homo sapiens, descendientes de otras especies del género Homo, cuyo origen data de hace unos 2.5 millones de años, y que fueron precedidas por los Australopithecus. Es fácil comprender que durante ese largo período, la morfología y el funcionamiento de sus cuerpos sufrió una lenta serie de adaptaciones al ambiente donde vivían, incluido su estilo de vida. Componentes que hoy consideramos generales fueron integrados en tiempos relativamente recientes dentro de esta historia, por ejemplo: el control del fuego, el lenguaje, el uso de ropa, vivir en comunidades o la domesticación de plantas y animales. Con el surgimiento, hace tan poco como 10,000 años, de lo que los arqueólogos llaman el Neolítico la situación cambió radicalmente. Pasamos de la invención de la cerámica, de la agricultura y la ganadería a la computación y los viajes espaciales durante ese corto lapso que va desde el Neolítico hasta hoy. Pero lo hicimos con cuerpos adaptados a otras condiciones de vida. La evolución biológica es lenta, sus cambios se manifiestan de una generación a otra. Como contraste, los cambios tecnológicos son rápidos y ocurren en el curso de una vida humana.

Un anciano nacido en 1900 y muerto en 1999 pasó del uso de carros de caballos al internet, incluyendo la generalización del empleo del automóvil, la electricidad, los viajes en aviones con velocidad supersónica y la diversificación de los medios de comunicación.

Vistos así, los cambios que ha implicado la estructura demográfica de la humanidad y de cada uno de sus países o regiones deben entenderse como ocurridos con cuerpos que conservan la mayor parte de las características morfofisiológicas seleccionadas durante el Paleolítico, con escasos cambios desde entonces. Lo que se ha modificado son las condiciones de vida y ellas ejercen un proceso de selección sobre algunos individuos, pero
lo más trascendente ha sido resultado de la acumulación de dichos cambios hasta generalizarse.

Como complemento para ubicar el proceso de envejecimiento humano, es conveniente recordar que en los mamíferos las etapas de la vida se dividen generalmente en: a) infancia, etapa cuando se es dependiente para la alimentación y no se tiene la capacidad de reproducirse, b) juvenil, cuando se es independiente para la alimentación, pero no se ha alcanzado la capacidad reproductiva, c) adulto, etapa cuando se tiene plena capacidad reproductiva y autonomía alimentaria. En los humanos se configura la siguiente etapa, la de vejez, donde se conserva la independencia para la alimentación, pero la capacidad reproductiva merma en los hombres y desaparece en las mujeres…

1. El proceso biocultural del envejecimiento

2. Los correlatos biológicos del proceso biocultural del envejecimiento humano

3. Perspectivas

4. Conclusiones y recomendaciones

 

fuente: http://www.geriatria.salud.gob.mx/

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