13. Los determinantes: Conclusiones
Durante la segunda mitad del siglo xx abatir los problemas de salud fue difícil por el rápido crecimiento demográfico. Los principales problemas eran proveer de alimentos, agua potable, drenaje, y servicios de salud adecuados a un número creciente de población.
La pobreza como factor importante en el proceso enfermedad-salud tuvo mucho que ver con los problemas socioeconómicos asociados con el crecimiento poblacional. Además del alto crecimiento demográfico, la baja inversión en el sector salud contribuyó a los bajos niveles de salud que se alcanzaron en el país.
El envejecimiento poblacional cobra importancia ante la dinámica demográfica que se presenta en México, de rápido crecimiento de los adultos mayores, la feminización de la vejez, los bajos niveles de escolaridad de este grupo de población, la falta de seguridad social que los obliga a mayor participación económica pero con las desventajas de estar insertos en el mercado informal. Estas características que se acentúan ante el retiro del Estado en la economía, la privatización y la desregulación de los servicios públicos, con lo que se ha suscitado una mayor indefensión, desigualdad, pobreza, vulnerabilidad, exclusión e inseguridad social.
Desde la demografía y los estudios de población, en los últimos años se ha puesto énfasis en la dinámica demográfica y su relación con la salud. Las investigaciones giran en torno a enfermedades y capacidad funcional. Poco se ha reflexionado sobre el futuro demográfico y los cambios en las estructuras por edad en función de los recursos disponibles, que deberán ser distribuidos entre generaciones y grupos sociales, tratando de maximizar sus beneficios, lo cual pudiera crear conflictos entre grupos de edad.
Las necesidades de salud de la población mayor de 60 años constituyen motivos de preocupación e incertidumbre según estimaciones de Conapo, un individuo que llegó sin discapacidad a los 60 años, vivirá en promedio 2.5 años con algún tipo de discapacidad.
Esta cifra aumenta a 3.1 años en las mujeres, cuya esperanza de vida a esa edad es de 22.1 años. Cada vez con mayor fuerza se advierte sobre las consecuencias a medio y largo plazo que tendrá el proceso de envejecimiento demográfico en México, con cambios en las demandas sociales, en las relaciones familiares, y en las presiones económicas y de salud que tendrán que enfrentar las familias y las instituciones públicas.
El propósito de este artículo ha sido el de destacar las áreas que consideramos la comunidad académica, médica, política y social debe tener en cuenta sobre los determinantes demográficos del envejecimiento poblacional. Hacer evidente la necesidad de reconocer y hacer planes para un incremento de la morbilidad crónica y discapacidad. Que es importante contar con estrategias que permitan manejar las complicaciones que pudieran surgir en la población de adultos mayores.
En este momento hay más preguntas que respuestas sobre el impacto del cambio en la estructura por edad de la población tendrá sobre los sistemas de salud y en su reconfiguración. En lo que sí hay certeza, es en la necesidad de un plan integral de investigación sobre el envejecimiento, que incluya temas como: el envejecimiento saludable desde la perspectiva de ciclo de vida, servicios de salud y la prestación de servicios, los costos asociados con el envejecimiento poblacional, las enfermedades crónicas y discapacidad, gastos catastróficos ocasionados por deterioro en el estado de salud, causas de muerte y muertes evitables, entre otras.
A su vez, estos elementos apuntan a la importante necesidad de capacitar a un número suficiente de científicos relacionados con la promoción de la salud, con la población y sus características, a formar profesionales de atención geriátrica y gerontológica.